¿Como aceptar un gobierno mentiroso?

El gobierno, según nuestra constitución, lo conforman el Presidente y sus Ministros. Así que, cuando hablamos del gobierno hablamos de todos ellos. Entonces todas las mentiras que nos cuentan diariamente vienen de lo que podríamos llamar un equipo de trabajo, que en este caso tiene un jefe: Juan Manuel Santos, el más mentiroso del grupo.

Veamos varias de las mentiras del gobierno principalmente de su líder:

La Política, como yo la entiendo, es el gobierno de las ideas. Esto es, un partido político ofrece unos determinados programas para ejecutar durante un eventual gobierno en favor del bienestar y el desarrollo del país. En las elecciones se vota, en teoría, por esas ideas y por supuesto por la persona que las está prometiendo. Pues bien, la primera mentira de Santos fue ofrecer unas ideas para las elecciones del 2010, basadas en una ideología, un programa de gobierno y hacer, al llegar al gobierno, todo lo contrario constituye una gran mentira, un engaño monumental. Es por esto que los uribistas lo llaman el traidor.

Cuando Uribe denunció que habían unas conversaciones secretas Santos lo negó rotundamente, semanas después las reconoció cuando ya no podía negarlas a raíz de que Pacho Santos publicó un documento secreto, hasta el momento, sobre unos acuerdos que adelantaba el Gobierno con la guerrilla narcoterrorista Farc, luego para disfrazar la mentira trató de justificar diciendo que Uribe también había tratado de iniciar negociaciones varias veces con ese grupo, lo cual fue cierto, pero el argumento es impreciso, porque Uribe les puso siempre condiciones que llamo inamovibles lo cual hizo públicamente, por esta razón ni las FARC ni el ELN aceptaron negociar. Solamente las Autodefensas ilegales (AUC) negociaron. Hoy, con las Farc, se negocia sin que cumplan con las condiciones que, de dientes para afuera, les puso El Presídete.

En la etapa secreta de las negociaciones, Santos aparentemente quería cuidar la imagen de las Farc y estuvo tratando de desviar la atención sobre de los actos de terrorismo de este grupo, para ello se inventó la existencia de una “mano negra” de la “extrema derecha”, calificativos acuñados para satanizar a todos aquellos que no están de acuerdo con él, con diversos sinónimos empleados por el como “buitres de la guerra” y muchos más. Con esta estrategia quiso desviar la verdad sobre la autoría de diferentes actos terroristas, secuestros, asesinatos de policías, etc., como el que se produjo contra el ex-ministro Fernando Londoño, en el que murieron sus dos escoltas del que sobrevivió, el hoy periodista, de milagro. Coincidió este atentado con una critica implacable que hacia Londoño al gobierno cuando se tramitaba en el Congreso el Marco Jurídico para La Paz, que reforma la constitución, en forma soterrada, consagrando la posibilidad de otorgar impunidad para los autores de crímenes de lesa humanidad y que éstos puedan participen en política.

Negó Santos varias veces -como Pedro negara a Jesucristo tres veces antes de que cantara el gallo, es decir, antes del amanecer- que se otorgaría impunidad a los miembros de las Farc, sin embargo era mentira, hoy pretende que se declaren delitos conexos con el delito político al narcotráfico, al secuestro, al terrorismo y al reclutamiento de niños. De esa manera, hábilmente asesorado por varios escritores afines a la subversión y tinterillos de la izquierda, podrá perdonar todos los delitos cometidos por las Farc depurante 50 años, todas sus masacres y atrocidades -que el tratado de Roma no permite que queden impunes- y facilitará, con leguleyadas, que los autores de los principales crímenes en la historia de Colombia, impunes, vayan al Congreso o puedan ser: alcaldes, concejales, diputados y gobernadores, o puedan ocupar cargos públicos. Prometió que no cambiaría la constitución y van varias reformas, entre ellas el marco para la impunidad.

Habló de inamovibles para la negociación, como aquel en que las Farc se comprometían a dejar el secuestro, pero mintió a los colombianos, no porque las Farc no liberaran a todos los secuestramos, que no lomhicieron, o no porque durante los dos años que llevan las negociaciones, los terroristas siguen secuestrando pues lo han hecho con más de 50 colombianos, sino porque Santos no dice nada al respecto ni exige el cumplimiento de este compromiso. Solamente lo vimos molesto cuando le secuestraron un General del Ejército y muy seguramente porque el Alto Mando le hizo algún reclamo. Los demás secuestros no merecen ningún reclamo del gobierno, aunque sea mínimo. Es decir, mintió al decir que esta era una condición para negociar, porque de lo contrario debería pararse de la mesa y no decir a cada raro “a las Farc hay que creerles”.

Repitió el Presidente, con el cinismo que lo caracteriza, que era inviable hacer un cese bilateral por inconstitucional y porque eso implica inmovilizar a las FFMM en los cuarteles dejando tránsito libre a todo tipo de delitos como el narcotráfico. En una jugada de las Farc, que algunos consideran inteligente, y en concordancia con su pusilánime personalidad, ha dicho, cambiando de posición y dejando en evidencia sus mentiras, que va a negociar un cese bilateral aunque le parezca inviable. Realmente no le parece así, él, cada vez que un tema se torna polémico dice lo que sus contradictores quieren escuchar y luego lo va soltando gota a gota, va “ablandando” a la opinión apoyado por columnistas, periodistas, miembros de su gobierno y por sus congresistas de bolsillo a quienes ha comprado sus conciencia con la repartición fraudulenta el presupuesto nacional.

En materia económica presentaron un presupuesto para el año 2015 con un déficit de 12.5 billones ocultando, maliciosamente, otro tanto como lo denunciara la Contralora saliente, con tan mala suerte que les acaba de aparecer otro hueco fiscal de aproximadamente 18 billones con la caída del precio del petróleo y con la disminución de la producción. Aunque la vertiginosa devaluación del peso frente al dólar le alivia un poco esa caída de precios del petróleo y favorece a los exportadores, también afecta negativamente a la industria y se le incrementará inmensamente la deuda externa. Nada de esto lo menciona el gobierno, ni él ni su ministro Cardenas –Hacienda- mientras nos dicen –con cifras arregladas en el Dane- que Colombia tiene la mejor economía del subcontinente. Falso. La industria de capa caída hace más de dos años, el agro en la peor situación de la historia y la huida de los inversionistas debido a medidas tributarias, cambiarías y de inseguridad jurídica, nos dejan avizorar un panorama muy oscuro para los años venideros, que se agrava con el alza del dólar y con las sucesivas reformas tributarias que se anuncian, con lo que acabará con la economía formal y espantará el resto de la inversión extranjera.

Mentiroso con mayúscula es el mejor calificativo para este gobierno y especialmente para Santos. Miente para calmar las aguas y posteriormente va soltando el veneno lentamente, para que los colombianos ni se enteren o lo vayan aceptando lentamente y lo hace ambientando el asunto o escondiéndolo con cortinas de humo. Lo que no ha calculado es que la credibilidad en el proceso va en franca caída.


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