Documentos de La Habana y Zonas de Reserva Campesina

No logramos entender la ignorancia de nuestros gobernantes, al parecer “todo vale” en la política colombiana con tal de llegar a un acuerdo de paz, no importa si este será ruinoso para el país. Adicionalmente uno se aterra de ver la superficialidad de nuestros periodistas, parece que ellos no leen y que si leyeran no entenderían, solo producen titulares que les ordenan sus jefes, pero no se toman el trabajo de entender.

La semana pasada sucedió un hecho aparentemente insólito, la publicación de los documentos que contienen los llamados acuerdos, hasta ahora logrados entre el Gobierno Nacional y los narco-terroristas de las FARC. Insólito porque habían dicho que eran secretos y que así permanecerían hasta que todo estuviera acordado, pero más insólito aún, es la superficialidad y falta de profundidad de sus contenidos.

Unos textos llenos de lugares comunes, adornados con prosa rebuscada y fútil, que en la mayoría del contenido no dicen nada, pero que en algunos puntos esconden, peligrosamente, un engaño para los colombianos. Lo más grave que se ha dicho y que la prensa ha comprado, es que el gobierno dijo, “ahí los publico, para que no se especule más” y la prensa así lo ha trasmitido, sin tomarse el trabajo de entender los contenidos, diciéndole a los colombianos: “¿si ven que no había nada extraño? Solo era un complot de los enemigos de la paz”.

En el punto agrario, el gobierno se compromete a hacer carreteras terciarias por miles de kilómetros, acueductos para todos los campesinos, a suministrar tierra a todo el que no la tiene y a volver el campo colombiano en un paraíso terrenal, solo comparable con la campiña francesa, quienes la conocen saben de que hablo. En todos los temas, es el gobierno quien se compromete a muchísimas utopías y las FARC aparentemente a nada, es como si las FARC fueran las vencedoras en esa guerra fratricida.

Uno de los temas más preocupantes, que se desprenden de la lectura, son las Zonas de Reserva Campesina. Definidas como grandes áreas para explotación comunitaria, parecidas aparentemente a la conformación de los consejos comunitarios y de los resguardos indígenas, territorios entregados a través de títulos colectivos, que revisando su historia, en muchos casos se convierten, bajo la dominación de las guerrillas, en guetos de miseria aptos para el cultivo de la coca, el transito de las guerrillas y traficantes, y zonas de esclavitud a las que no puede llegar el Estado, porque le está vedado el acceso a ellas, en franca violación a la Constitución Nacional. Ya son muchos y muy extensos los territorios de resguardos indígenas y consejos comunitarios, como para agregarle muchísimos más según exigencias de las FARC.

Se trata de una estrategia de balcanización del territorio nacional, ideada por las FARC, como puede leerse en un correo electrónico escritos por Tirofijo a Timochenko en marzo 19 de 2005, encontrado en los computadores de Raúl Reyes: “Donde vean conveniente, pueden crear Zonas de Reserva u otras, para poner a funcionar toda clase de organización de masas”; “Conviene ver qué condiciones tienen los bloques para que preparen Zonas de Reserva en el país”; “Conviene hacer un breve repaso de nuestra política de fronteras y tratar de convertirlas, en lo posible, en Zonas de Reserva con la ayuda de masas”.

Grave encontrar en los textos publicados por el gobierno y las FARC, casi veinte salvedades, allí plasmadas por las partes, aparentemente la mayoría por las FARC, en las que dan cuenta de que faltan temas, que a primera vista, serían fundamentales para la firma del acuerdo esperado, pero que implican la reforma total del Estado como lo conocemos, lo que sería absurdo, porque pareciera que son las FARC quienes ponen las condiciones a un gobierno debil que mendiga la paz.