Las cabezas calientes

Por estos días, leemos en las redes sociales a una cantidad de votantes de Duque, que al parecer pensaron que él llegaría a arrasar, y ya lo llaman traidor, al recién posesionado presidente, lo cual denota fanatismo producto con una alta dosis de ignorancia.

Veamos algunas cosas que estos amigos reclaman y al parecer esperaban que el Presidente hiciera al llegar al solio de Bolívar.

“Que no ha hecho trizas los acuerdos de La Habana”. El Presidente no es un dictador y mucho menos un tramposo, como sí lo fue Juan Manuel Santos, él no ha llegado a la presidencia para “derogar” lo que no puede derogar y hacer “trizas” los acuerdos, es algo para lo que no obtendrá apoyo del Parlamento.

De nuevo, tienen que entender los fanáticos que el presidente Duque no es un dictador y eso no lo hace un traidor. Debemos tener claro que los tales acuerdos, rechazados el 2 de octubre de 2016 en las urnas, a base de trampa finalmente quedaron en la constitución. Para modificarlos o acabarlos, un presidente democrático respetuoso de la constitución y de las leyes, como Duque, tendría que iniciar trámites de leyes y de actos legislativos, que difícilmente pasarán en un Congreso en el que no tiene mayoría.

Un ejemplo: El Congreso, cuando se tramitaba la ley que reglamentó la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), decidió sacar de esa jurisdicción los delitos sexuales cometidos durante el conflicto. Se dijo que estos delitos irían a la Justicia Ordinaria. A muchos nos pareció lo correcto. No, en todo caso, a los jefes de las Farc. Sin embargo la Corte Constitucional dijo que el Congreso no estaba facultado para introducir dicho cambio y que estos delitos serian juzgados por la JEP, que muchos han llamado justicia especial para las Farc, porque esta modificación requería un acto legislativo, es decir, una reforma constitucional para lo cual se requieren ocho debates.

Veamos, los cabecillas de las Farc alcanzaron la impunidad plena y asi se quedará esa aberración. Para ellos ya quedó asi, es decir, así se haga una reforma constitucional para sacar los delitos sexuales y el narcotráfico de esa condición de conexidad con la rebelión, que se inventaron entre las Farc y Juan Manuel Santos, este cambio no sería retroactivo, este actuaría solamente hacia futuros procesos de paz. Asi las cosas, los delitos sexuales y de narcotráfico de las Farc, ya quedaron impunes y Duque nada puede hacer, salvo que se convirtiera en dictador y eso no va a pasar.

Se me ocurre que, quizás la unica forma de solucionar estas escandalosas decisiones de Santos, en nombre de una paz que ha demostrado no ser sostenible, es derogando todo lo actuado y no creo que, ni el doble de mermelada de la utilizada por el gobierno anterior, alcanzaría para lograrlo. Quizás lo único sería que alguien defina que las Farc han incumplido los acuerdos y asi perderían todos los beneficios, como creemos muchos que viene incumpliendo.

Ya tenemos el caso de Santrich, y queremos ver que el gobierno cumpla con lo escrito en los acuerdos, respecto de la perdida de todos los beneficios. Pero parece que la tal JEP, corrupta desde su concepción, tiene en jaque a toda la justicia.

Hablando de “mermelada”, esta claro que el presidente Duque esta cumpliendo su palabra de no utilzar la politiqueria ni prohijar la corrupción (verdadero nombre de la mermelada). Recordemos que la mercelada consistía en que, el gobierno anterior, asignaba partidas a las regiones pero entregaba el poder de definir la ejecucion a los congresistas, asi aseguraba la votación positiva de todas sus propuestas.

Este fue el mecanismo más perverso y corrupto de la historia, pues estos congresistas, junto a los alcaldes, escogian al contratista y para las obras se destinaba, si acaso, la mitad del presupuesto (con lo cual muchas quedaron inconclusas o muy mal hechas), pues el resto debía repartirse entre congresista y alcalde. Corrupcion rampante. Solo hay que mirar las cifras de la Cámara de la Infraestructura, que por varios años seguidos denunció que más del 95% de la contratación, se hacia con un solo proponente. ¿Como es eso? “A dedo”, aunque elaboraban pliegos para que se hicieran propuestas, estos siempre estaban hechos a la medida del “contratista amigo”.

Pues bien, esta práctica corrupta se ha proscrito en este gobierno. Hasta los medios preguntan ¿cómo gobernar sin mermelada? Casi queriendo significar que les parecía normal que esto sucediera. La verdad será difícil pues muchos parece que tienen síndrome de abstinencia por la corrupcion instaurada por Santos. Algunos dicen esto siempre ha existido, por supuesto que asignar partidas a las regiones en el presupuesto siempre se ha hecho, pero no la autonomia de los congresistas para dilapidar recursos y robarse más de la mitad.

¿Cómo gobernará Duque sin “mermelada”?, pues esperamos que asi lo haga y que el Congreso sea tratado contra esta adicción. Recordemos que los partidos de izquierda se han declarado en oposicion, eran amigos de Santos por la mermelada y por esta se declararon amigos de “la paz“. Otros partidos se declararon en coalición con el gobierno y otros se declararon “independientes”.

Asi las cosas el presidente Duque no cuenta con una mayoría muy clara para sacar adelante los proyectos en el Congreso, al menos no podrá “ferrocarrilear” los proyectos como se venía haciendo, y los independientes le apuestan a que, para conseguir su apoyo, el gobierno les de al menos tajada burocrática, algo que Duque ha dicho que no sucederá. Y ojalá no lo haga.

Si yo estuviera en los zapatos de Duque y con semejante encrucijada, no me importaría. Si el congreso no pasa nuevas leyes, pues gobernaría con las leyes existentes. Siempre se ha dicho que Colombia hay suficientes leyes que lo que falta es hacerlas cumplir. Que este gobierno las aplique con todo rigor. Creo que hay demasiadas y cada vez vuelve y se legisla sobre lo mismo.

Para lo único que el gobierno deberia contar con el congreso es para aprobar la ley de presupuesto cada año y las reformas tributarias que se requieran. Si el congreso no aprueba leyes para la formulación de proyectos de beneficio social, allá ellos, como gobierno visibilizaría en cada uno de los talleres “construyendo pais”, para contarle a los votantes que los proyectos sociales no avanzan por culpa de sus Senadores o Representantes.

Son muchas las veces que la actividad legislativa es utilizada para fines perversos, para cambiar las leyes en favor de determinado grupo, ahora bien, si el gobierno no legisla, deberían buscar la manera de cerrarlo.

Solo espero que el Presidente se dedique a gobernar rápidamente en la reactivación de la economía, a luchar por la corrupcion, a trabajar por la seguridad, dar la orden a las FFMM y a la Policía para que cumplan con su deber sin pausa, trabajar por la justicia, que se apliquen las leyes en materia penal y apoyar el crecimiento aplicando las normas existenes sobre libre empresa.

Colombia tiene una afición desmedida por hacer leyes y bien pobre la vocación por hacerlas cumplir. Presidente, gobierne sin el Congreso cuando este no quiera trabajar, reparta el presupuesto con equidad que los congresistas no se atreverán a dejar sus regiones sin recursos y al final aprobarán las normas presupuestales.

¿Para que presentar reformas politicas? Si al final, como ha pasado siempre, del Congreso saldrá un esperpento peor al actual.

¿Para que reformas a la justicia? Si al final son los magistrados los que no se dejarán reformar, sobre esto tenemos evidencias suficientemente vergonzosas.

Presidente, olvídese de todos estos corruptos y haga un gobierno limpio y sin dádivas, Colombia se lo agradecerá y seguramente la economía florecerá con solo ahorrarse los billones que se van por el caño de la corrupción.

@jebotero


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